Defendiendo la democracia y las libertades de los pueblos
La red IRES, dados los hechos que acontecen estos días en Cataluña, frente al recorte de libertades y el ataque a la democracia que está cometiendo el actual gobierno de Mariano Rajoy, apoya el manifiesto de los docentes valencianos, en el cual se pide el respeto al derecho a decidir.
Puedes firmar aquí:
https://www.change.org/p/estat-espanyol-respecte-el-dret-a-decidir-del-poble-català
DOCENTES VALENCIANOS POR EL DERECHO A DECIDIR
Las personas que firmamos este manifiesto, todas nosotras docentes valencianas, queremos denunciar la actuación autoritaria del estado español en Cataluña, así como manifestar nuestro apoyo al derecho inalienable que tiene el pueblo catalán a decidir libremente su futuro. Lo hacemos no únicamente en cuanto que ciudadanos preocupados por los ataques que se están produciendo a derechos y libertades fundamentales, sino también en tanto que profesionales de la educación. Para nosotros, el objetivo de la educación en una democracia no puede ser nunca ni el adoctrinamiento, ni la creación de mano de obra barata, ni la indiferencia cívica; al contrario, una educación democrática tiene que tener como finalidad la formación de ciudadanos críticos que sean capaces, entre otras cosas, de respetar la pluralidad ideológica.
Desgraciadamente, cada día que pasa está más claro que el Régimen del 78 es incapaz de aceptar esta pluralidad. La respuesta de la oligarquía postfranquista a todos aquellos, personas o movimientos sociales, que se han atrevido a disentir de los consensos de la Transición, ha sido siempre la misma: la criminalización y la represión. Por este motivo, todo lo que en estas semanas está pasando en Cataluña no se puede entender como un problema particular del pueblo catalán, sino como la última manifestación de la incapacidad del Reino de España para abordar sus problemas políticos de una manera civilizada. Atacar las libertades de pensamiento, de expresión, de información, de reunión y de manifestación, detener personas sólo porque piensan diferente, así como impedir que la ciudadanía pueda expresar en un referéndum cuál es su voluntad, es más propio de una dictadura que de un sistema democrático.
Ningún demócrata puede permanecer impasible ante estos ataques, ni adoptar una falsa equidistancia entre aquellos que quieren decidir pacíficamente su futuro y aquellos que lo quieren impedir utilizando la violencia del estado. Ni ningún docente demócrata lo puede hacer tampoco, porque entendemos que forma parte de nuestra tarea ayudar a nuestro alumnado a cuestionar los prejuicios dominantes en su sociedad (como, por ejemplo, los prejuicios anticatalanistas difundidos por la casi totalidad de mediados de comunicación españoles), así como convencerles de que no son material humano explotable por el capital, sino personas con una dignidad y con el derecho y el deber de ocuparse de la cosa pública. Ya lo dejó escrito Joan Fuster, que bien sabía como se las gastaba el fascismo español: “Toda política que no hagamos nosotros, será hecho contra nosotros”. Ahora es la sociedad catalana, mañana puede ser cualquier otro colectivo o cualquiera de nosotros. Por todo esto, exigimos al Estado español que detenga la represión contra el pueblo catalán y que le deje votar libremente.
Tras varias idas y venidas entre el parlamento catalán y español, en 2006 se consigue aprobar en ambos un estatuto pactado, y ese mismo año se somete a un referéndum legal y con garantías y sale aprobado.
El PP, el Defensor del Pueblo y las CC AA gobernadas por el PP, lo recurren ante el constitucional y en el 2010 este lo tumba.
A partir de ahí que salida le queda al nacionalismo catalan... ¿Seguir confiando en que lograrán sus aspiraciones legalmente? ¿Confiar en que estas aspiraciones pueden tener encaje en el estado español? Asi las cosas, no debe extrañarnos el incremento de las aspiraciones independentistas del nacionalismo catalan, que se concretan en la exigencia de un referendum de independencia, que finalmente es convocado por el parlamento catalan de forma un tanto forzada.
Cierto que el referéndum es ilegal, y que nuestra constitución no permite referéndum de parte porque la soberanía reside en el todo, pero en 2011, en cuestión de días, se modificó la constitución, para la barbaridad de dar prioridad absoluta en los presupuestos, al pago de la deuda.
De manera que con voluntad si que es posible un referéndum de independencia pactado, legal y con garantias, que no sería necesario si no se hubiese tumbado el estatuto de 2006.
Pero el cerrilismo del PP, primero echando por tierra un estatuto, el de 2006, y después, cerrando cualquier posibilidad de negociación para la realización en Cataluña de un referéndum de independencia pactado, ha llevado a esta situación de confrontacion.
La excusa es que la constitución no lo permite, (como si esta fuese inamovible y solo se pudiese modificar para beneficiar a los banqueros).
Para afrontar el referéndum el PP, en una deriva autoritaria coherente con los orígenes del partido, en vez de dialogar, esta llevando el conflicto a la vía judicial y aumentando de forma significativa la presencia policial, en un notable ejercicio de intimidación social en contra de la votacion.
Los que no confundimos legalidad con legitimidad, afrontamos el referéndum de forma muy distinta, lamentando que no se pueda realizar de forma legal, consensuada y con todas las garantías, pero apoyando la legitimidad de su realizacion, frente a la actitud cerril y autoritaria del PP.
No sabemos que ocurrirá, si se podrá celebrar o no, y que ocurrirá después, pero ocurra lo que ocurra, habrá que agradecérselo al PP y a la base social que lo sostiene, incluida en esta Ciudadanos y el sector del PSOE, que le dieron el gobierno a Rajoy.