¿De quién es el territorio?


Jorge Luis - Posted on 21 May 2010

Jorge L. González Fernández
Grupo Tiresias
 
¿De quién es el territorio? Esta vaga pero compleja cuestión puede responderse desde diversas perspectivas sociales y políticas. Sin embargo, lanzar una pregunta algo más concreta como de quién es la ciudad a jóvenes con discapacidad visual, genera de manera casi unánime respuestas que hacen referencia a la desigualdad basada en el poder y en la discapacidad.

¿De quién son los centros educativos? De los profesores. Esta opinión, que quizás puedan dar la mayoría de los jóvenes estudiantes es argumentada en base a la escasa implicación en la toma de decisiones que los jóvenes experimentan en la vida de los centros educativos. Pero en el caso de conjugarse una discapacidad como la visual, la opinión sufre algunos matices. ¿De quién son los centros educativos? Un porcentaje interesante de los jóvenes con discapacidad con los que he trabajado el tema (10 de 25) responden que es de los alumnos que ven.
 
Y es que resulta difícil considerar que un centro educativo que contiene letreros en un formato que no puedes utilizar, con una biblioteca con libros difícilmente accesibles, con una estructura arquitectónica que levanta escaleras que permiten que te cueles por debajo de ellas, donde el profesorado no maneja tu sistema de lectoescritura, dónde estudias cómo es el sistema visual de las personas que ven pero el tuyo, en la que puede que no haya espacio temporal para abordar necesidades como aprender a desplazarse por la calle o a utilizar tu propio ordenador… sea precisamente tu territorio.
 
Pero la pregunta era más amplia. ¿De quién es la ciudad? Categorizar las respuestas dadas a esta pregunta da como resultado casi 25 categorías de 25 respuestas. Pero en muchas de ellas se explicita de quién no es la ciudad. Y de nuevo se plantea que de ellos no es. Nuestras ciudades no se han planteado para ser vividas sin visión. Ni su estructura ni los sistemas que se asientan en ella (transportes, cambios económicos, ocio, etc.) han sido diseñado para ser utilizados sin visión. Como consecuencia de ello, muchos jóvenes con discapacidad se consideran excluidos en su propia ciudad y excluidos de su propia sociedad.
 
El trabajo educativo que llevo a cabo con un grupo de 25 jóvenes de 13 a 17 años que expresamente se consideran excluidos o que, en términos psicológicos, se sienten desajustados, se ha centrado en el análisis de las posibilidades que individualmente y como grupo pueden dar para propiciar un cambio en su territorio. Se trata de cambiar las respuestas más emocionales que dan ante la exclusión por otras más orientadas a la transformación del medio en el que viven. Dentro de este esquema de trabajo y con un formato de educación informal, hemos planteado actividades interesantes para ellos como el planteamiento de excursiones y salidas que implicaban, entre otras cosas:
 
-        Compra de billetes de tren.
-        Desplazamientos por la estación, determinación del andén, de la vía, de los asientos.
-        Desplazamientos al albergue.
-        Desplazamientos por el albergue, localización de la habitación, conocimiento de la habitación.
-        Comida en sistema de autoservicio.
-        Desplazamiento al cine.
-        Utilización de autobuses.
-        Visionado de la película.
-        Etc.
 
Es decir, actividades cotidianas que ayudan a considerar a tu ciudad como tu territorio. Pero, ¿os habéis planteado qué implica realizar estas actividades vitales si visión o casi sin visión? En todas estas actividades, el grupo se planteaba determinar con precisión:
 
-        La identificación de las dificultades.
-        La propuesta de posibles soluciones y la elección de la solución/es más eficaces.
-        Su puesta en práctica.
 
Así, el explicitación de nuestra situación visual, la elaboración de planos adaptados por ellos mismos, la alfabetización (en braille) del albergue, la presentación de hojas de sugerencias / reclamaciones para la mejora de los servicios públicos y el análisis de las diferencias entre estas respuestas más centradas en la transformación del medio frente a las que daban habitualmente, han dado consigo:
 
-        Un cambio en su forma de vivir y en la manera de afrontar su situación visual.
-        Un cambio en la manera de entender el territorio.
 
 

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